jueves, 25 de junio de 2009

*Patatas fritas


Todo empezó un septiembre de 2007 con una pregunta: “…pero, Carmen, ¿para qué sirve la filosofía? Entonces yo contesté: “tal vez sólo para una cosa: para que no os engañen, para aprender a pensar por vosotros mismos. En tres palabras, ¡para ser libres!”

Hoy es 20 de Mayo de 2009, nuestro último día en el escenario habitual compartido durante 18 meses. Os miro en silencio mientras realizáis vuestro último examen y siento que pierdo algo.

¿Qué pierdo? Las horas dedicadas, los esfuerzos, vuestra presencia, vuestras ganas de aprender, que me han arropado por doquier, animándome desde dentro para vencer el cansancio y la pérdida de paciencia. Pierdo vuestras miradas extrañadas e inquisidoras ¡Cómo, si no, interpretar el ceño fruncido de Mateo desde el fondo de la clase! O las continuas preguntas lanzadas por la voz de Fátima, o los comentarios relajados y razonables de las dos Ángelas, o los “…pero a ver, Carmen…” de Raquel, intentando aplicar a su vida todos esos encumbrados pensamientos de tanta cabeza pensante de nuestra historia occidental, o el empeño de Jorge en mostrarme las ventajas del capitalismo. O las voces encontradas del bachillerato de letras, enzarzadas en debates interminables que había que parar, para poder continuar con el temario previsto.

Son muchas cosas las que pierdo, y tomar conciencia de ello me ayuda a reconocer todo lo que me habéis dado en estos dos años, en los que, como dice el poeta “confieso que he vivido”.

¿Qué siento? Una profunda tristeza. El nudo en la garganta me dice que os echaré de menos. Mucho. Y siento alegría. Sé que la vida es perder y ganar, y conozco vuestros deseos de volar de aquí, de posar vuestros oídos en otras voces, y vuestras miradas en otros mundos. ¡Ánimo y sin miedo a nada desplegad alas!

¿Qué pienso? Que sois fuertes, que sabéis lo que queréis, y que vuestros pies son firmes para avanzar hacia la meta marcada. Lo lograreis, lo sé, y si no lo conseguís porque la vida juega con vosotros y os hace dar unas cuantas vueltas, poniendo a prueba vuestro empeño, que sepáis decir nuestra frase mágica, ¿recordáis? “Patatas fritas”, dos palabras que significaron para nosotros recuperar el espíritu estoico de “lo que no depende de ti, sólo queda aceptarlo de buen grado”.

¿Qué os pido? Que no borréis jamás de vuestro rostro la sonrisa, porque el proceso es lo que importa, y todo cuenta y suma, también las experiencias inesperadas y los fracasos.

¿Qué os deseo? Que no os traicionéis, olvidando lo que sois: corazones inteligentes. No permitáis que la inercia platónica os divida nunca.

Aquí nos quedamos este equipo de profesores, satisfechos, más o menos, con lo que hemos sabido o podido hacer, pero desde la distancia no dejaremos de miraros porque nada de lo que os suceda nos resultará ajeno jamás. Y si alguna vez la añoranza o el azar permiten que tengamos noticias vuestras, nos alegraremos de escuchar vuestras hazañas en ese siempre excitante campo de batalla que es la vida.

Y ya para terminar quiero responder a la pregunta planteada al principio: ¿para qué me sirve a mí la filosofía? Para conoceros, para disfrutar a vuestro lado, porque sin vosotros mi trabajo no tendría sentido. Por todo ello, ¡gracias! Os queremos. Todos. Yo también.

7 comentarios:

  1. sin palabras Carmen
    Cris

    ResponderEliminar
  2. Gracias Cris, no sé muy bien qué Cris eres porque hay varias que conozco pero da igual.
    Gracias por tu comentario.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Carmen ya lo habia leido en el periodico pero nose siempre que lo leo me trae tantos recuerdos de la clase,del cole...y es que ahora es todo tan diferente cada uno va a su bola y a veces pues se echa de menos el poder hablar con un profesor que te ayude,que te comprenda...
    Un abrazo

    Raquel Palomo (espero que te acuerdes jeje)

    ResponderEliminar
  4. Hola Raquel,
    Te entiendo porque a mi me pasa un poco lo mismo. Me entra una especie de nostalgia con sabor dulce. Pero pienso que eso quiere decir que vivimos dos años maravillosos, al menos, yo así lo creo. Y en este artículo quedó plasmado esa sensación, por eso cuando lo lees te trae a la memoria tantos momentos inolvidables. Te envio un abrazo muy fuerte. Yo no te olvido pero sé que te esperan muchas cosas estupendas en el futuro.

    ResponderEliminar
  5. Carmen me ha emocionado muchisima la ultima frase!!Yo espero que sigas siendo la profesora que eres y que no se te pase por la cabeza dejarlo como a veces te planteabas!!
    Por cierto esta idea del blog me gusta.
    Un abrazo

    Raquel

    ResponderEliminar
  6. Carmen!!

    Esa frase la he aplicado mucho a mi vida universitaria..es mucho mejor que contar hasta 10!!
    Volviendo a leer esto hasta me he emocionado, espero pasar pronto a visitaros, que por suerte ya terminado mi primer año universitario, y también felicitarte por el blog, con todos los que he hablado, estan muy contentos con esta iniciativa!! un abrazoo
    Angelita (Ángela Lorenzo Agudo)

    ResponderEliminar
  7. Gracias Ángela por tu comentario.
    Enhorabuena por tu éxito en la universidad.Me agrada saber que esta frase te haya servido para superar frustracciones y te haya hecho la vida más llevadera, su mensaje es sabio.
    Me gustaría indicarte que siendo universitaria deberías empeñarte en escribir correctamente, lo digo por los acentos, la puntuación, las omisiones de palabras y palabras mal escritas. Supongo que escribiste el comentario muy deprisa y cometiste muchos errores. Debes enmendarte, ya eres universitaria y hay que intentar ser correcta en la escritura, ¿no crees?
    Desearte un buen verano y animarte a que escribas cuando quieras y, eso sí, de forma correcta.¿Lo prometes?
    Un abrazo Ángela.

    ResponderEliminar