jueves, 25 de junio de 2009

*Yolande: una modelo, y no precisamente de la pasarela Cibeles

“Tengan el valor de escuchar a las víctimas como a seres humanos”
Estas palabras, pronunciadas la tarde del jueves 16 de Abril en la “Sala Europa” del Senado por Yolande Mukagasana, fueron la carta de presentación de esta superviviente del genocidio ruandés de 1994, en el seminario internacional “Los genocidios del siglo XX”, celebrado en Madrid el pasado mes de abril.

Como veis, muchos símbolos (genocidios, Senado, Europa, víctimas, seres humanos...) reunidos en un mismo lugar, en un mismo momento. Y desearía que estas palabras de Yolande Mukagasana nos ayudasen, no sólo a reflexionar desde la diosa Razón ilustrada, sino también, o sobre todo, a sentir su mensaje desde las entrañas, como nos ocurrió a todos los allí presentes en aquella sala.

¿A qué nos invitó esta superviviente ruandesa a los europeos?
Empezaremos con las primeras palabras: “escuchar a las víctimas”. Víctimas que fueron sacrificadas ¿por quién? Parece que no importa. ¿Por qué? Tampoco parece importar. Víctimas, al fin y al cabo, de la barbarie humana. ¡Escuchémoslas, pues!

Sin embargo, Yolande no quería que la mirásemos con ojos compasivos. Nos pidió que la mirásemos como a un igual, como un ser humano mira a otro ser humano. ¿Qué nos estaba pidiendo? Creo que lo que pretendía decirnos es que su dolor no nos puede resultar ajeno porque somos iguales, y que no estamos a salvo de que la sinrazón nos elija a nosotros como víctimas, la próxima vez.

Otro aspecto que me conmovió fue lo que un conferenciante llamó “el poder de los vecinos” en la persecución de los judíos en nuestra Europa civilizada y progresista.
No fueron sólo “los que mandan” los únicos responsables del aniquilamiento de seis millones de personas inocentes e indefensas, sino las partes oscuras de nuestro corazón. Los judíos europeos eran entregados a sus verdugos, o salvados de ellos, por sus propios “vecinos”.

Vecino: el cercano, el prójimo más próximo y que, precisamente por eso, por ser lindante, contiguo, puede salvarte o aniquilarte, esto es: amarte u odiarte. Sencilla o compleja, pero ineludible elección de consecuencias muy distintas, fruto de nuestra libertad de actuar.

Con nuestro “poder de vecinos”, de seres cercanos a otros, día a día, frente a ciertas situaciones significantes -y hasta en los detalles cotidianos más insignificantes- nuestro ser dividido se decantará por ayudar o por mirar hacia otro lado. O peor aún: por dañar y convertir a nuestro igual en víctima.

Y a lo que, Yolande nos invita es precisamente a tener el valor de mirar al otro como a un ser humano igual a nosotros, ni distinto ni distante, ni superior ni inferior. Seres de la misma naturaleza o calidad, de la misma condición, y, en definitiva, de la misma especie.

“Somos iguales”, bonitas palabras; igualemos pues diferencias y volvámonos estatuas de sal cada vez que convirtamos en víctima a un igual.

Para terminar voy a traer a esta reflexión las palabras de una canción de Bébe que me encantan: “Yo soy del Sur, tú eres del Norte, no hablamos el mismo idioma pero haremos que no importe”.
O haremos algo que sí importe: haremos un harén de bondad, ya que, como bien dice el poeta Apollinaire, “la bondad es ese inmenso país donde todo se calla”.

Callemos las bocas que acusan, que insultan, los dedos que señalan y humillan, los ojos que intimidan, las manos que golpean y amenazan, y actuemos en silencio y desde la inocencia de un niño.

¡Gracias Yolande, “víctima del horror y del error humano”, por tu sencilla y maravillosa lección!

1 comentario:

  1. pablo garcia 1 bachillerato b)13 de octubre de 2009, 17:58

    Hola Carmen:
    Te había oido hablar en clase sobre este ejemplo de mujer , me impresiona que con todo lo que a pasado no exprese su rencor hacia las persona que iniciaron el genocidio ruandes. Me parece muy impresionante como yolande no queria ser el centro de atención y que no queria que la mirasen como a una persona distinta a ellos... pronunciando la frase de "todos somos iguales" .Otra cosa que me a impresionado a sido lo dicho por yolande que afirmaba que durante el genocidio habia 2 caras totalmente distintas, personas que ayudaban a sus vecinos judios y otras que entregaban a sus propios vecinos a los verdugos...En conclusion todo un ejemplo de mujer.

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