martes, 29 de diciembre de 2009

Un globo verde esperanza

Un año recién estrenado, miles de segundos nos aguardan, y dicen que es el momento de los buenos propósitos: dejar de fumar, hacer dieta, algo de ejercicio, retomar el viejo proyecto olvidado en el cajón o trabajar algún aspecto personal que nos ayude a vivir mejor con nosotros mismos y con los demás.

Dividir la vida en unidades de tiempo como días, meses, años es una característica humana que, supongo, nos impuso la madre naturaleza con sus ritmos biológicos. Y de ahí, que anualmente celebremos nuestro cumpleaños y socialmente el nacimiento del nuevo año.

Cuenta Marlo Morgan en su precioso libro “Las voces del desierto” que en una tribu australiana los cumpleaños se celebran exclusivamente cuando la persona considera que ha crecido en algún aspecto de su persona. Sólo entonces, reúne a sus amigos y lo festejan juntos porque hay algo verdadero e importante que lo justifica.

En cambio, aquí, en nuestro mundo occidental, festejar el cumpleaños no tiene mayor significado que rememorar la fecha de un nacimiento. Y lo celebramos, sí, aunque a partir de cierta edad no nos haga demasiada gracia lo de cumplir años. Dicen que envejecer es “aprender a perderlo todo”. Contradicciones de nuestra vida.

Desde mi mesa de trabajo, horno paciente donde, mes a mes, se cuece esta columna, me dispongo a dar las gracias a todas esas personas que al leer mis palabras, han dado más sentido al hecho de escribirlas.

Os diré que lancé tres globos al cielo después de las uvas. Tres globos que contenían tres deseos. Y uno de ellos fue este: ojalá que los ciudadanos de Torrijos lleguemos a ser en el futuro un pueblo tal y como lo entendía Agustín de Hipona: “Un grupo de personas que trabajan juntas por buscar el bien de todos.”

Gracias torrijeños y torrijeñas por vuestras palabras de reconocimiento a mi aportación en este periódico. Vuestros comentarios, siempre positivos, sencillos, sinceros, me han proporcionado mucha alegría al escucharlos de vuestra voz o leerlos en el blog.

Gracias a todos y que el paso de los días en el 2010 cobre un nuevo e iluminador significado en nuestras vidas. Este deseo sobrevoló el cielo nocturno de Torrijos dentro de un globo color verde esperanza.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

*Regálate una nueva mirada

Es dificil, en un mundo plural como el nuestro, transmitir un mensaje universal y significativo de cara a las fiestas navideñas sin caer en tópicos. El origen, todos lo sabemos, está unido al nacimiento de Jesús, pero esta conmemoración no significa nada para millones de seres en el mundo que abrazan otras creencias, por tanto, si queremos encontrar algo común a todas las personas y culturas tendremos que tratar el tema desde una perspectiva que incluya esta diversidad.

Ya sea por que nazca Jesús o por la llegada del nuevo año, éstos son días de vivencia festiva en los que se producen encuentros, acercamientos, se participa, nos relacionamos. Y este fenómeno de celebración colectiva, sí es algo que se da en cualquier parte del mundo, por lo que, a partir de él, podríamos encontrar un propósito común: mirar con ojos nuevos nuestras relaciones.

Mirar con ojos renacidos -como cuando Neo, el protagonista de Matrix, nace por segunda vez; comenzar por perdonarnos los errores cometidos durante el año que termina y atrevernos a dar ese paso que tanto nos asusta, pero tan importante es en nuestro caminar.

Imaginemos esa mirada nueva entre padres e hijos, entre mujeres y hombres, entre jefes y empleados, un mirar novedoso de la humanidad hacia el mundo animal y hacia nuestro planeta Tierra; ojos nuevos y firmes en los gobernantes para que respeten a los ciudadanos, acercándose de verdad a sus problemas, que tal es su responsabilidad. Y en nosotros, ojos atentos para ver al que sufre en silencio, sea quien sea y venga de donde venga, y limpios de prejuicios para acercarnos y compartir con él algo tan sencillo como una cálida sonrisa; unos ojos nuevos, en fin, para mirar el mundo de forma distinta, alegre, solidaria, tierna….

Y, ya puestos, ¿por qué no entender este tiempo de renacimiento como una oportunidad para iniciar un cambio radical? Por ejemplo, para las personas que han ido perdiendo su trabajo, ver los hechos con ojos nuevos significaría aprovechar esta circunstancia desfavorable para dedicarse a lo que siempre quisieron y no tuvieron ocasión.

Pensemos en alguien, ese será nuestro regalo de esta navidad para él: mirarle con ojos nuevos. Y pensemos en nuestra nueva mirada, y que sea éste el obsequio más preciado que nos hagamos a nosotros mismo esta Navidad.