domingo, 25 de marzo de 2012

*¿Loco o lúcido?

¿Por qué “El loco”? -le preguntan- y responde: “Por mis exageraciones en el comportamiento; de todas las acepciones del diccionario he elegido la más suave”.

También yo me pregunto: ¿Por qué loco? He pasado varias horas analizando a Marcelo Bielsa y creo que el calificativo tiene que ver con ser diferente, y la diferencia no la marca sus conocimientos técnicos sobre fútbol sino sus palabras. No sólo dedica miles de horas a ver videos del equipo que entrena y de los jugadores que intenta dirigir, sino que habla a sus jugadores. Les motiva, dicen ellos, con charlas sobre sus potencialidades y crea conciencia de equipo dispuesto a luchar en todos los partidos. Todo esto se podría resumir en: “Siempre va al ataque”, no deja de luchar, de esforzarse, de combatir porque siendo joven aprendió la lección más dura de su vida: Serás alguien si crees en ti y no te rindes.

Él dice de sí mismo que es un especialista en fracasos y creo que su mirada triste tras la derrota en el Mundial del 2002 como entrenador de Argentina, su país natal, lo confirma. Tres años de duelo hicieron falta para renunciar a su gran sueño. Tal vez en el fondo lo que buscaba era ganar el respeto de su padre o compensar su falta de talento como jugador de fútbol. No lo sé, son interpretaciones que me sirven para comprender los tres años de aislamiento que necesitó después de la derrota, y que se considere así mismo como fracasado cuando en realidad son muchos los éxitos conseguidos.

Interpretaciones a parte, tengo que reconocer que este hombre me ha despertado curiosidad y respeto, además de emocionarme al contemplarle en varios videos.

Y si he decidido hablar sobre él es porque creo que su talante nos hace falta como país. Necesitamos su pasión desbordada, su coraje y disciplina en el trabajo diario. También necesitamos ese punto de rebeldía para no conformarnos con la realidad que nos han impuesto, y convencernos de que sí podemos ser un país ganador si cambiamos ciertas posturas de pasotismo y apatía.

3 comentarios:

  1. Enhorabuena, por tu buen trabajo y tu objetividad.
    j.m.

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  2. No soy un gran futbolero, pero tengo un olfato infalibre para reconocer la honradez. Y Bielsa es un ejemplo prototípico. Desgraciadamente, frente al hombre lúcido, trabajador, forjado en unos valores que trata de transmitir a aquellos que le rodean, se alzará siempre la arrogancia del ignorante, la impaciencia estúpida de una afición o un pueblo. En definitiva: la triste condición humana, la oscuridad de una realidad que nadie quiere admitir.

    Enhorabuena, Carmen.
    J. Valencia

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    1. Hola Jesús,
      Gracias por tus palabras y por haber dedicado algo de tu tiempo a leer este blog. Aunque tú sabes que cuando escribimos no lo hacemos pensando en los lectores, creo que es sincero reconocer que nos agrada ser leídos porque sentimos que algo se completa.
      Un abrazo

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