lunes, 2 de mayo de 2011

*Volver a lo elemental

Existen muchas personas que en su día a día dan mucho de sí mismas en lo que hacen, y eso no tiene precio sino valor, y gracias a todos esos actos, que sumados son inconmensurables, el mundo sigue; cuando les miro ayudan a mi cansancio y me inspiran para continuar aunque falten las ganas.

Cuando las ganas se diluyen porque la razón te indica que lo que tu aportas no es significativo, tienes que profundizar un poco más en el sentido de las cosas, no basta la respuesta frívola y simple, pero sí la elemental.

Lo elemental es lo que nos reconcilia con la vida, y aunque la vida a veces es frágil ante la enfermedad o la muerte, siempre triunfa en su fin creador. Se renueva en su andadura transformando las lágrimas en agua, con que regar las semillas que engendra en su interior.

Desde el interior nos habla, hace ya miles de millones de años, mediante sus leyes que se manifiestan en su conducta diaria. Una de las fundamentales es la ley de la cooperación, cada célula de nuestro cuerpo arrima el hombro para que el ser del que forman parte sobreviva.

Sobreviven, sólo aquellas civilizaciones, que educan en los ideales y valoran a las personas por la forma en la que se dan en lo que hacen y no por lo que consiguen.

Conseguiremos sonreír cuando valoremos más las ganas puestas en un proyecto que el resultado, porque lo primero depende de nosotros y lo segundo no siempre está asegurado.

Aseguraros bien de no medir lo que ponéis porque lo elemental es que sois lo que dais desinteresadamente.

3 comentarios:

  1. Gran artículo Carmen.
    A veces (a mí me ocurre actualmente), hay personas que te rodean (amigos o conocidos) con las que no quieres tratar porque te han hecho daño en un momento de la vida y no sabes si ese daño fue o no real por no llegar a hablarlo. Al final, crees que lo mejor es no medir y seguir tratando con ellos porque es como te sientes más feliz.
    P.D.: Debo reconocer que aún no soy capaz de dar ese paso final.

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  2. Patricia Recio Ramos22 de mayo de 2011, 23:59

    Creo que las personas que demuestran las cosas día a día son las que más se merecen, ya que eso es lo que cuesta, estar siempre, aunque tu resultado no sea el mejor desde fuera, si lo es para mí. Ejemplifico un equipo deportivo, ya que esto yo lo he vivido. Para mi tiene mucho más mérito jugadores constantes y que se esfuerzan que el que llega los dos últimos días del partido a tope solo para aparentar e intentar demostrarlo todo.
    Es injusto; esas personas que consiguen las cosas esforzándose tan solo por temporadas, sea en lo que sea. No hay derecho que gente que deja todo cada día no se le aprecie su trabajo.
    Esto es lo que hablamos ese día en filosofía...Las cosas hay que hacerlas para uno mismo, ya que no siempre tendrán éxito y si no viene la frustración.
    El texto es genial, y sería lo mejor, que se dieran cuenta de lo que das de ti y no solo el resultado final…Pero, ¿eso dónde se ve?
    Ni en la escuela, ya que un profesor te evalúa por tu nota del examen; ni en el trabajo, que el fin es ganar el máximo dinero de la manera más rápida y efectiva; ni en el amor, que se aprecia más generalmente un buen regalo en San Valentín que estas pendiente constantemente de las necesidades del otro; ni en la amistad.
    Para vencer esto, tendrían que desaparecer muchos intereses.
    En fin, esto tan solo es mi opinión, que no quiere decir que sea lo correcto.

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  3. Hola, Patricia:
    Me ha gustado tu comentario, creo que tienes razón en tu queja. Habría que valorar el día a día, y no el éxito rápido.
    Valorar más los pequeños detalles cotidianos que el regalo lucido y aparente.
    Y esto lo podemos hacer, tú y yo, y todos aquellos que crean en una forma diferente de hacer las cosas.
    Perdona la tardanza en contestar pero no funcionaba el blog.
    Hasta pronto.

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