miércoles, 18 de mayo de 2011

*¡No les votes!

Fue esta mañana cuando descubrí la convocatoria hecha por los jóvenes españoles para el próximo día 15 de Mayo.

Han fijado esta fecha como primer ladrillo en la construcción de una nueva democracia. Creen que se pueden hacer las cosas bien, tienen esperanza y están dispuestos a manifestarse para gritar al mundo que no están conformes con el ejemplo dado por muchos adultos, y reniegan de aquellos que se han vendido al dinero.

Nos convocan a todos los ciudadanos, sobre todo, a aquellos que aún sentimos hervir la sangre en nuestras venas y creemos en la parte buena de todas las personas sencillas y libres.

Nos animan a salir a la calle para luchar codo con codo por una democracia real. Si sentís curiosidad, son muchos los videos que hallaréis en Youtube, en los que nos explican las razones de su llamamiento y se expresan con asertividad sobre lo que les indigna y les mueve a la acción.

Sus razones son hechos; sus armas: la palabra; su fuerza: la verdad; su objetivo: recordarnos a todos que sin nuestro voto, los mercaderes de la democracia no son nada.

Su convocatoria es pacífica, pero firme, serena, pero segura. Hablan de un cambio real, no de un cambio de partido. Denuncian los abusos de nuestros gobernantes de los últimos años, serviles esclavos del capital y del poder económico.

Nos recuerdan todas las medidas tomadas en contra de los ciudadanos y a favor de los privilegiados y están decididos a decir ¡Basta ya!

Dos lemas lanzados a la red, el lugar de reunión de los ciudadanos postmodernos, es decir, nosotros. El primero es contundente: ¡No les votes!; el segundo, proactivo: ¡Toma la calle! Ambas proclamas pretenden mover al pueblo hacia la protesta y la toma de posición.

Ojalá la respuesta sea grande y pacífica, ello querrá decir que hemos madurado como ciudadanos y que estamos más cerca de la tan deseada “mayoría de edad kantiana”.

lunes, 2 de mayo de 2011

*Volver a lo elemental

Existen muchas personas que en su día a día dan mucho de sí mismas en lo que hacen, y eso no tiene precio sino valor, y gracias a todos esos actos, que sumados son inconmensurables, el mundo sigue; cuando les miro ayudan a mi cansancio y me inspiran para continuar aunque falten las ganas.

Cuando las ganas se diluyen porque la razón te indica que lo que tu aportas no es significativo, tienes que profundizar un poco más en el sentido de las cosas, no basta la respuesta frívola y simple, pero sí la elemental.

Lo elemental es lo que nos reconcilia con la vida, y aunque la vida a veces es frágil ante la enfermedad o la muerte, siempre triunfa en su fin creador. Se renueva en su andadura transformando las lágrimas en agua, con que regar las semillas que engendra en su interior.

Desde el interior nos habla, hace ya miles de millones de años, mediante sus leyes que se manifiestan en su conducta diaria. Una de las fundamentales es la ley de la cooperación, cada célula de nuestro cuerpo arrima el hombro para que el ser del que forman parte sobreviva.

Sobreviven, sólo aquellas civilizaciones, que educan en los ideales y valoran a las personas por la forma en la que se dan en lo que hacen y no por lo que consiguen.

Conseguiremos sonreír cuando valoremos más las ganas puestas en un proyecto que el resultado, porque lo primero depende de nosotros y lo segundo no siempre está asegurado.

Aseguraros bien de no medir lo que ponéis porque lo elemental es que sois lo que dais desinteresadamente.