martes, 21 de junio de 2011

*Dar clase con la boca cerrada

“Dar clase con la boca cerrada”, de Don Finkel, fue publicado en España en el año 2008 por la Universidad de Valencia. Hace días que comencé a leerlo atentamente, pues pretendo que me sirva de reflexión sobre mi metodología de trabajo.
Su tesis central es defender un cambio en la manera de enseñar, porque cada vez que ha preguntado a sus estudiantes –futuros docentes- cuáles habían sido aquellas experiencias en las que habían aprendido algo de importancia duradera para su vida, las respuestas señalaban que ninguna de ellas se había dado en un aula.
¿Para qué, entonces, dedicar toda una vida a la enseñanza, si ésta no es la clave del aprendizaje?, me pregunto.
Don Finkel cuestiona la figura del “Gran Profesor” que se limita a transmitir conocimientos a través de la palabra, que enseña, básica y fundamentalmente, diciendo y repitiendo a los estudiantes, una y otra vez, lo que se supone que deben saber.
Su propuesta nos anima a inventar nuevas formas de entender nuestra tarea: hay que crear situaciones dinámicas de enseñanza, es decir, circunstancias que produzcan un aprendizaje activo, efectivo y relevante para los estudiantes.
El autor aboga por un profesor más cercano a la figura del artesano que crea las circunstancias óptimas para que el alumno pueda ir aprendiendo por sí mismo. Conseguir encarnar el conocimiento en sus mentes, lo que evitaría olvidar lo aprendido por pura repetición. Nos propone poner las “cabezas” a trabajar para aumentar la comprensión del mundo en el que vivimos. Si llegamos a conclusiones capaces de iluminar nuestras vidas, entonces habremos aprendido algo importante que nunca olvidaremos.
Se trata de elegir las herramientas efectivas de enseñanza para que el alumno aprenda enfrentándose activamente a los problemas planteados. No es tanto escuchar pasivamente sentado durante horas como intentar descifrar los enigmas por uno mismo.
Enseñar de esta manera requiere creatividad constante y empeño porque nunca son las mismas ni las circunstancias socioculturales ni los alumnos, pero cuando lo logras el trabajo diario se convierte en una fuente de satisfacción, la clase se transforma en un lugar vivo y dinámico donde nadie se siente solo y ausente sino como formando parte de una comunidad de investigación.

3 comentarios:

  1. Hola Carmen, me ha gustado mucho tu imagen para ilustrar un post en mi blog, asi que con tu permiso me la llevo. Espero que no te moleste, dado que citare la fuente de donde fue tomada, es decir tu blog y nombre.
    En cuanto a los besos que no damos, te cuento que tiene que ver con mi escrito, acerca de una prestigiosa universidad donde un suceso real me dejo, helada, y si alude a la falta de decir No, respeto y creatividad para enseñar a las nuevas generaciones.
    un gusto conocer tu pagina. Alyx

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  2. ola he utilizado tu imagen para ponerla en un trabajo debajo del refran en boca cerrada no entran moscas

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  3. soy la del trabajo de ne boca cerrada no entran moscas . se me olvido decirte que saque un diez en la imagen gracias

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