Cuando de niña leí por primera vez aquella frase de la Biblia que dice “No es bueno que el hombre esté solo”, que expresaba un pensamiento divino, y como a continuación Dios creó a la mujer de una costilla de Adán para que tuviese una compañera, algo se revolvió dentro de mí provocando una reacción de rebeldía. Esta frase me cayó entonces antipática, porque reflejaba una especie de inferioridad metafísica: ¿por qué esa necesidad de ser parte del varón? Parecía algo así como una maldición de nacimiento que nos situaría siempre en desventaja con respecto al otro género.
Ahora, desde los ojos de la madurez y con unos cuantos libros leídos, entiendo que esa frase lo que realmente venía a significar es la necesidad del género masculino de su propia costilla.
Me explico: si observamos un poco la cuestión, es fácil darse cuenta de que la naturaleza nos dotó a las mujeres del regalo de la maternidad y con ella de la posibilidad de ser más autónomas que el varón. Desde que nacemos tenemos la capacidad de dar vida y con ella la destreza de saber cuidar de otros. Somos cuidadoras por naturaleza, como dicen los filósofos, y aunque es cierto que si los hombres se empeñan pueden llegar a serlo, para nosotras las mujeres es casi pan comido.
Saber cuidar de alguien nos habilita para saber cuidar de nosotras mismas, con o sin hombres. Ellos, en cambio, tienen que empeñarse en valerse por sí mismos y lo primero que tienen que hacer es alejarse del cuidado de sus madres en un momento determinado.
Así pues, la frase mencionada al principio bien podría interpretarse como un aviso para los hombres de su dificultad para ser autónomos y de lo mucho que tendrían que crecer para vivir con una costilla menos.
Pero entiendo que también era un mensaje para las mujeres, recordándonos que cuidar de otro no es un fin en sí mismo, sino una colaboración en la cadena natural, lo cual implica comprender el diferente punto de partida de los géneros y el empujón que debemos dar a nuestros hijos varones para que alcancen su independencia.
Ahora, desde los ojos de la madurez y con unos cuantos libros leídos, entiendo que esa frase lo que realmente venía a significar es la necesidad del género masculino de su propia costilla.
Me explico: si observamos un poco la cuestión, es fácil darse cuenta de que la naturaleza nos dotó a las mujeres del regalo de la maternidad y con ella de la posibilidad de ser más autónomas que el varón. Desde que nacemos tenemos la capacidad de dar vida y con ella la destreza de saber cuidar de otros. Somos cuidadoras por naturaleza, como dicen los filósofos, y aunque es cierto que si los hombres se empeñan pueden llegar a serlo, para nosotras las mujeres es casi pan comido.
Saber cuidar de alguien nos habilita para saber cuidar de nosotras mismas, con o sin hombres. Ellos, en cambio, tienen que empeñarse en valerse por sí mismos y lo primero que tienen que hacer es alejarse del cuidado de sus madres en un momento determinado.
Así pues, la frase mencionada al principio bien podría interpretarse como un aviso para los hombres de su dificultad para ser autónomos y de lo mucho que tendrían que crecer para vivir con una costilla menos.
Pero entiendo que también era un mensaje para las mujeres, recordándonos que cuidar de otro no es un fin en sí mismo, sino una colaboración en la cadena natural, lo cual implica comprender el diferente punto de partida de los géneros y el empujón que debemos dar a nuestros hijos varones para que alcancen su independencia.
Hola, Carmen.
ResponderEliminarPienso que cuidar a alguien, tanto para las mujeres como para los hombres, no es una tarea fácil más bien todo lo contrario. Pienso que a lo mejor las mujeres lo podéis tener más fácil porque para eso tenéis digamos como un "sexto sentido" pero los hombres también podríamos hacerlo y pienso que con el tiempo pues lo podríamos hacer bastante bien. Pienso que para poder cuidar o mejor dicho criar o educar a un hijo es necesario tanto el padre, como la madre porque si falta uno de los dos al final al hijo le faltará algo y en caso de que no pueda tener a los dos por algún motivo pienso que el hijo podrá estar bien educado pero siempre le faltará ese “algo” .
A mí personalmente no me gusta entrar en el debate de si la madre le cuidará mejor o peor que el padre porque pienso que los dos son muy necesarios para que el hijo este bien educado, y por eso no me gusta entrar en el debate de quien le educará mejor.
Hola, Mario:
ResponderEliminarLo primero, decirte que si no pones el curso y tu apellido me pones difícil saber quién eres, aún no me sé los nombres de todos los alumnos. Y además, en tu caso tengo varios alumnos que se llaman Mario. Por favor, dime quién eres, o al menos el curso.
En lo que dices estamos de acuerdo los dos, las mujeres tenemos cierta facilidad para cuidar de otras personas y los hombres han de esforzarse más. Pero que seamos diferentes los hombres y las mujeres no quiere decir que sea algo negativo, pero conviene tenerlo en cuenta para poder comprender al otro.
Y por supuesto, si un hijo tiene la presencia de la madre y el padre es mejor que si sólo tiene a uno de los dos.
Me alegro de que te hayas decidido a participar y espero que esto sea sólo el principio.
Y por último, te sugeriría que hacer un comentario crítico, a veces nos obliga a leer algo más sobre el tema que trata el comentario y aportar nuevos matices que enriquezcan la cuestión. Así aprendemos todos, tú, yo y todos los compañeros que te lean.
Espero que la próxima vez nos enriquezcas con tus palabras y reflexiones.
Hasta pronto.
Perdón Carmen por no poner el curso o apellidos.
ResponderEliminarMario, no tienes por qué disculparte. Ya sé que la próxima vez lo harás de la forma que te he indicado, para facilitarme el trabajo.
ResponderEliminarUna correción: (Perdón, Carmen, por no poner el curso o apellidos).
Poco a poco iremos aprendiendo el uso correcto de las comas, que no es fácil, pero tampoco muy difícil.
Un saludo, Mario.
¿Las mujeres son mejor cuidadoras?
ResponderEliminarLas mujeres están dotadas para dar vida, y alimentar a sus bebés desde el momento que nacen, asique podría decirse que: "Se lleva en la sangre".
Seguro que los hombres también pueden ser buenos cuidadores si se lo proponen, pues es verdad que todo se aprende si tienes interés.
En el caso de las madres hay un vínculo creado desde que se nace o incluso antes de eso, y es muy difícil de romper, por el afán de protección, quizás sea interés por evitar que los pequeños cometan herrores que por su falta de experiencia o juventud no puedan reconocer.
Yo creo que esa "protección" evitar que cometan ese herror, es la forma de impedir que puedan aprender la lección por si mismos, pero también es la manera de mostrarnos sus vivencias y enseñarnos un camino.
Hola, Débora:
ResponderEliminarEnseñar el camino no implica impedir que cometamos errores, sino justo lo contrario. Creo que los padres tienen la obligación de ayudarnos a crecer, pero uno crece equivocándose y aprendiendo de sus errores; es algo que forma parte del desarrollo personal. Si no te arriesgas a hacer cosas nuevas, no te entrenas en ponerte a prueba.
Lo que los padres deben hacer es estar ahí para aconsejar, consolar y apoyar cuando sea necesario, no para evitar que cometan errores sus hijos, entre otras cosas, porque eso no es posible. Los hijos han de vivir su vida y aprender a volar por sí mismos.
Parte ortográfica:
Deberías poner interés en esta parte, Débora; estás en 2º de Bachillerato y ya no deberías cometer errores como, por ejemplo, escribir “error” y “errores” con “h”.
También tienes un problema de concordancia en la primera pregunta, lo correcto sería: ¿Las mujeres son mejores cuidadoras?
- asique (así que). Supongo que esto ha sido un descuido por no repasar el escrito.
Estaría bien que al redactar tus escritos usases el Word con el corrector activado. Así verías señaladas las palabras mal escritas, las corrigerías y, de paso, irías aprendiendo.
Hasta pronto.