Es dificil, en un mundo plural como el nuestro, transmitir un mensaje universal y significativo de cara a las fiestas navideñas sin caer en tópicos. El origen, todos lo sabemos, está unido al nacimiento de Jesús, pero esta conmemoración no significa nada para millones de seres en el mundo que abrazan otras creencias, por tanto, si queremos encontrar algo común a todas las personas y culturas tendremos que tratar el tema desde una perspectiva que incluya esta diversidad.
Ya sea por que nazca Jesús o por la llegada del nuevo año, éstos son días de vivencia festiva en los que se producen encuentros, acercamientos, se participa, nos relacionamos. Y este fenómeno de celebración colectiva, sí es algo que se da en cualquier parte del mundo, por lo que, a partir de él, podríamos encontrar un propósito común: mirar con ojos nuevos nuestras relaciones.
Mirar con ojos renacidos -como cuando Neo, el protagonista de Matrix, nace por segunda vez; comenzar por perdonarnos los errores cometidos durante el año que termina y atrevernos a dar ese paso que tanto nos asusta, pero tan importante es en nuestro caminar.
Imaginemos esa mirada nueva entre padres e hijos, entre mujeres y hombres, entre jefes y empleados, un mirar novedoso de la humanidad hacia el mundo animal y hacia nuestro planeta Tierra; ojos nuevos y firmes en los gobernantes para que respeten a los ciudadanos, acercándose de verdad a sus problemas, que tal es su responsabilidad. Y en nosotros, ojos atentos para ver al que sufre en silencio, sea quien sea y venga de donde venga, y limpios de prejuicios para acercarnos y compartir con él algo tan sencillo como una cálida sonrisa; unos ojos nuevos, en fin, para mirar el mundo de forma distinta, alegre, solidaria, tierna….
Y, ya puestos, ¿por qué no entender este tiempo de renacimiento como una oportunidad para iniciar un cambio radical? Por ejemplo, para las personas que han ido perdiendo su trabajo, ver los hechos con ojos nuevos significaría aprovechar esta circunstancia desfavorable para dedicarse a lo que siempre quisieron y no tuvieron ocasión.
Pensemos en alguien, ese será nuestro regalo de esta navidad para él: mirarle con ojos nuevos. Y pensemos en nuestra nueva mirada, y que sea éste el obsequio más preciado que nos hagamos a nosotros mismo esta Navidad.
Ya sea por que nazca Jesús o por la llegada del nuevo año, éstos son días de vivencia festiva en los que se producen encuentros, acercamientos, se participa, nos relacionamos. Y este fenómeno de celebración colectiva, sí es algo que se da en cualquier parte del mundo, por lo que, a partir de él, podríamos encontrar un propósito común: mirar con ojos nuevos nuestras relaciones.
Mirar con ojos renacidos -como cuando Neo, el protagonista de Matrix, nace por segunda vez; comenzar por perdonarnos los errores cometidos durante el año que termina y atrevernos a dar ese paso que tanto nos asusta, pero tan importante es en nuestro caminar.
Imaginemos esa mirada nueva entre padres e hijos, entre mujeres y hombres, entre jefes y empleados, un mirar novedoso de la humanidad hacia el mundo animal y hacia nuestro planeta Tierra; ojos nuevos y firmes en los gobernantes para que respeten a los ciudadanos, acercándose de verdad a sus problemas, que tal es su responsabilidad. Y en nosotros, ojos atentos para ver al que sufre en silencio, sea quien sea y venga de donde venga, y limpios de prejuicios para acercarnos y compartir con él algo tan sencillo como una cálida sonrisa; unos ojos nuevos, en fin, para mirar el mundo de forma distinta, alegre, solidaria, tierna….
Y, ya puestos, ¿por qué no entender este tiempo de renacimiento como una oportunidad para iniciar un cambio radical? Por ejemplo, para las personas que han ido perdiendo su trabajo, ver los hechos con ojos nuevos significaría aprovechar esta circunstancia desfavorable para dedicarse a lo que siempre quisieron y no tuvieron ocasión.
Pensemos en alguien, ese será nuestro regalo de esta navidad para él: mirarle con ojos nuevos. Y pensemos en nuestra nueva mirada, y que sea éste el obsequio más preciado que nos hagamos a nosotros mismo esta Navidad.
Viendo este artículo he pensado que yo, al ser tan pesimista, no debería de mirar con ojos nuevos a una única persona, sino a todo lo que me rodea, a todas aquellas personas que aunque se hayan portado mal conmigo merecen otra oportunidad, a aquellos momentos que no son tan pésimos porque hay personas en este mundo que tienen problemas nada semejantes a los míos, a todo lo malo buscando una solución y no tirando la toalla, y a aquello que sea insignificante directamente no lo miraré, lo ignoraré.
ResponderEliminarEste va a ser “mi regalo de Navidad”, que se lo hago a todo lo que me rodea, va a ser un propósito para este nuevo año, que de momento lo he empezado bien.
Tamara García Copado 4º E.S.O A
Precioso propósito, Tamara. Generoso y sabio. Espero que lo practiques a diario, pues ya sabes que es por el hábito por lo que se alcanza la virtud.
ResponderEliminarMe alegra saber que el año ha empezado bien para ti.
Por cierto, intenta no pensarte como pesismista, pues lo que pensamos es lo que nos hace ser como somos, y podemos elegir pensarnos de tantos modos... ¡Piénsate estupenda y llena de proyectos ilusionantes, y ya verás lo que ocurre.
Cierto es que la mejor manera de empezar un nuevo año, es intentar cambiar nuestros fallos y aprender de los errores, ¿no?
ResponderEliminarYa que es lo más bonito, crecer como personas y no crecer en ropa, dinero...
Tamara tienes muchísima razón, la mayoria de las veces nos quejamos por cosas insignificantes y no nos damos cuenta de que ahí afuera, hay personas sufriendo por enfermedades... y nosotros no siendo felices apesar de tener una familia, salud, personas que nos quieren.
Somos personas demasiadas ignorantes ¿verdad?
Así puestos mi propósito para el nuevo año, será aprender de mis errores e intentar no volver a cometerlos, pero sobre todo ser una persona orgullosa de tener la suerte que tengo.
Lo has dicho muy bien Silvia: ser feliz consiste en estas dos cuestiones que señalas:
ResponderEliminara) Agradecer lo bueno que tenemos en nuestra vida (la salud, la familia, los amigos, la oportunidad de aprender y crecer como personas...).
b) Y por otro lado, tratar de ser la mejor persona que podemos llegar a ser, aprendiendo de nuestros errores, sintiéndonos contentos de nuestros logros y aciertos, perdonarnos en nuestros humanos decaimientos, siendo igualmente tolerantes con la imperfecciones de los otros, y sobre todo mantener siempre encendida la llama de alguna ilusión que sea buena e iluminadora para nosotros y para los demás...
La verdad es lo único que nos puede satisfacer. La alegría de ser buenas personas a través de nuestros errores cometidos, y por otro lado fijarnos de todo lo que nos rodea y disfrutar.
ResponderEliminarYo muchas veces me pregunto: ¿Qué vida llevaría si no tuviera un ordenador, un movil, una consola?
Y no logro responderme. Pero luego pienso y me pregunto, ¿por qué no disfruto de lo que tengo?
Solo se quejarme, pensar en lo que no tengo y puedo tener, y eso me amarga la vida.
Entonces ese es mi propósito, intentar conformarme con lo que tengo, y no esperar deseosa lo que no tengo, porque todo eso me llevará a no ser feliz, a vivir en un mundo que no puedo tener y yo no quiero eso.
Quiero ser feliz y vivir conforme a lo que tengo.
Las personas nunca vivimos conformes con lo que tenemos siempre queremos mas mas y mas,y yo sé que soy una persona de esas de las que nunca me conformo con lo que tengo ni las valoro.Yo también intentaré cambiar esas cosas y valorar más las cosas que tengo y no pedir tantas. También intentaré cambiar algunas cosas por las cuales muchas veces no puedo ser feliz.
ResponderEliminarSilvia y Ana, os veo muy ilusionadas y con ganas de mejorar como personas, y eso me alegra mucho, la verdad.
ResponderEliminarEntenderéis que como profesora vuestra siempre intente ser más exigente con vuestra formación. Entiendo y me gustan vuestras opiniones, y cuando no coincido totalmente, os lo digo para que contrastéis vuestro punto de vista con el mio.
Igualmente, aunque me haga pesada, siempre os daré indicaciones sobre los errores que vea en vuestra redacción. Sabéis que lo hago para que mejoréis. Por tanto:
.-Silvia: no nos "fijamos de", sino que nos "fijamos en".
."Sólo" cuando puede sustituirse por solamente, o únicamente, llava acento.
Ana: el tema de las "comas" alguna vez te falla: "Las personas nunca vivimos conformes con lo que tenemos, siempre queremos más más y más.
Compara esta frase con la tuya y verás dónde has errado. Me da la impresión de que a veces fallas por ir demasiado deprisa y, antes de enviar el comentario, no repasarlo. ¡Hazlo siempre y evitarás muchas faltas!
Esto aparte, estoy muy contenta con vuestro esfuerzo y actitud, y la valoro mucho.