lunes, 7 de septiembre de 2009

*El sillón del amor

El sillón del amor me habla cada noche suavecito, cuando ya los quehaceres cotidianos me abandonan, y entonces me abraza en silencio para pasar un ratito a solas conmigo. Él y yo, acurrucados muy juntos bajo un manto de estrellas embriagadas por nuestros besos de vino.

Momentos mágicos vividos para siempre, regalos de la vida que te visitan cada noche en la tenue calma de la oscuridad tardía.

Cuando estás contigo a solas, lo vivido siempre vuelve y te recuerda que realmente existió para que no te engañes cuando la razón te convence de que no fue así, o de que el olvido es mejor.

Mejor, peor, igual: valoraciones egocéntricas que nos desconectan de la vida tal vez, pero que nos ponen a salvo. ¿A salvo de qué? de la falsa seguridad, enfermiza herencia de esta modernidad individualista y liberal.

¡Sssshhh…! Deja de pensar y siente. Grita al viento sintiendo que estuviste allí, en ese lugar hijo del abrazo de dos egos diluidos para entrelazarse hasta la locura en la unicidad del Ser.

¡Uhmmm…! Me quedé dormida en los oníricos brazos del sillón del amor. Y al despertar, dos copas de vino vacías y un sillón dormido me revelaron que no todo había sido un sueño.

6 comentarios:

  1. Cómo me alegra tu reconquista del sentir!!!Sinceramente, me hace aún más feliz de lo que ya soy...

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  2. El amor, algo tan bonito, pero a veces tan inexplicable.

    Como puede ser, que cuando una persona llegue a tu corazón lo tengas todo, pero cuando se va, no tengas nada.

    Sentarte en tu cuarto y pensar en esa persona, pensar en lo que haréis juntos, en todos los momentos que viviréis.

    Pero cuando te abandona, realmente es muy duro. Solo puedes recordar los buenos momentos que pasaste, porque si empiezas a recordar los malos, te entristeces aún más.

    Así que el amor es inexplicable, pero realmente bonito, bonito de verdad.

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  3. Pues sí Silvia, en el amor pasamos del todo a la nada en segundos y sin saber por qué. Tal vez es la magia de Eros, que nos envuelve en su halo y nos transforma en seres divinos por un tiempo.
    El hecho de nacer y morir en soledad absoluta nos hace seres vulnerables y, por eso, cuando Eros nos visita estamos tan felices, pues ello nos ayuda a olvidarnos de nuestra soledad radical.
    ¿Por qué es todo tan temporal?

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  4. Es tan radical, pero nunca conoceré el porqué.

    Creo que viene del Eros como bien has dicho.
    Cuando nos enamoramos, cambiamos radicalmente, nos olvidamos de la soledad, cambia nuestro carácter...
    Pero, ¿por qué?

    Quizá porque entregamos todo nada más enamorarnos y luego cuando se acaba, nos damos cuenta de que,¿lo habíamos hecho mal?

    Pero eso es lo bonito del amor, ¿no?

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  5. En un precioso poema de Joaquin Sabina, pr,eámbulo de una de sus canciones de amor cuyo título no recuerdo ahora, dice al final: "...lo peor del amor es cuando se acaba". Yo creo que la verdad es que no seacaba nunca,nuna acabamos de aprender a amar a las personas con las que hemos convivido. Creo que lo peor es temer su lejanía y lo mejor no forzar nuevos encuetros y seguir amando, aunque nos duela el deseo: el divino y loco Eros, pues Eros es el amor que duele, hijo de la Carencia y la Abundancia (que cuenta Platón en El Banquete) y duele cuando carecemos de la cercanía, y es frenético, loco y abundante cuando en la cercañía nos derochamos y fundimos a corazón abierto uno frene a otro en u enigmático y placentero olvido de sí. Y entonces, ¿qué es amar?

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  6. ¿Quizás echar una mirada y un ratillo a Pigmalión el escultor, Afrodita diosa del Amor y algo de filosofía con Erich Fromm y "El Arte de amar" y con Carmen y "El efecto Pigmalión"?. Se trata de un antiguo mito griego que ha dado mucho de qué hablar en nuestra cultura occidental a propósito de las relaciones interpersonales. Bonito enigma.

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